EUROPA PRESS
1 mayo 2016
¿Qué tienen en común
las personas centenarias?
Los llamados cinco puntos azules en el mundo destacan por su
alta esperanza de vida y el récord mundial lo ostenta una comunidad pequeña de
ancianos de un pueblo llamado Ogimi, en la provincia
de Okinawa, al sur de Japón. España tras Japón es el país con más longevos del
mundo algo a lo que contribuyen el clima favorable, la dieta mediterránea y una
vida muy social.
Según
explica a Infosalus Francesc
Miralles, autor junto a Héctor García de 'Ikigai'
(Editorial Urano, 2016), para el ser humano es nocivo no contar con actividades
para llenar su día, esto sucede en muchos casos cuando llega la jubilación. Se
genera entonces un sentido de inutilidad, de no ser válido para la sociedad,
que puede ser contrarrestado si se encuentra el sentido a los días, si se
vuelve a lo que los japoneses denominan 'ikigai'.
"Ikigai es una palabra japonesa sin traducción exacta al
castellano pero que tiene dos vertientes, la razón de ser, de vivir, lo que nos
motiva para levantarnos cada día, o en el contexto de las comunidades rurales
como esta japonesa en la que abundan las personas centenarias, es lo que da
sentido a la vida para estar siempre ocupados y ver con optimismo la
vida", comenta Miralles, quien realizó junto a García un trabajo de campo
en la aldea japonesa de los centenarios, donde entrevistaron a cien ancianos
sobre sus secretos para tan larga y saludable vida.
Cuando
estamos alineados con la vida, sacamos lo mejor de nosotros mismos pero cuando
se presentan situaciones en las que perdemos su sentido, momentos de soledad,
cuando llega la jubilación o se pierde a la pareja o a un hijo, se entra en un
proceso destructivo en el que se duerme mal, nos cuidamos menos, podemos ir con
compañías tóxicas o abusar de sustancias como el alcohol o el tabaco.
"Sin
embargo, cuando tienes una motivación para vivir cuidas de tu cuerpo",
apunta el autor, que explica que en Japón, no existe término para la jubilación
porque en realidad dejar el trabajo supone solo cambiar de actividad y
sustituirlo con aficiones. "A medida que maduramos debemos cuidar de esa
esfera privada en la que cultivar las aficiones y retomar sueños pasados,
revisar qué nos gustaba de niños para rescatar aquello que nos hacía felices y
seguir este 'ikigai'", afirma Miralles.
Lo que nos enseñan los centenarios
En
este estudio entre los ancianos del pueblo de Ogimi
en Okinawa, los autores descubrieron cuatro aspectos fundamentales que tenían
en común y daban sentido a estas longevas personas, que bien podríamos fomentar
en nuestro día a día para conseguir vidas más largas y de mejor calidad:
Miralles
nos comenta otras seis cuestiones que los autores extraen de su paso por la
aldea japonesa de Ogimi: